El peso de los organismos empresariales

EL PESO DE LOS ORGANISMOS EMPRESARIALES

“Asociación de industriales y empresarios del estado de Morelos A.C”, así se llamó en su inicio la actual “Coparmex-Morelos”, fue por los años setentas en donde un grupo de distinguidos empresarios y conste que digo empresarios que no “gatos de angora”, quienes iniciaron esta aventura; gente como Don Manuel Mariscal Abascal, Don Pablo Legorreta Chauvet, Don Juan Dubernard Chauveu, Don Raúl Iragorri Aranda y algunos mas se dieron a la tarea de formar el primer “Sindicato patronal” en Morelos, la idea?, contrarrestar los embates de la izquierda laboral representada en la figura del obispo Sergio Méndez Arceo.

En esa época la Canacintra no representaba los intereses de los industriales netamente morelenses y la Cámara de Comercio de Cuernavaca era mas un club de amigos que una genuina representación de los comerciantes de la capital, todo obedecía a la lógica del gobernante en turno y el que no lo hacía a su manera tenía que resentir el coraje del mandamás mayor.

Para el sexenio de Don Lauro las cosas empezaban a cambiar un poco, la ADIEM seguía cerrada y en manos de los genuinos empresarios Morelenses (sic), sin embargo ya se vislumbraba el descontento de algunos de sus miembros en contra del gobierno en turno, Francisco Kladt Sobrino (yerno de David Ibarra Muñoz, secretario de hacienda), fue sin duda un digno presidente de ADIEM y dentro del estrechísimo margen de maniobra que el gobernador dejaba operar fue una voz valiente en contra de los absurdos y populistas “planes” que se le ocurrieron al presidente de la república y su homologo en Morelos. Fue la primera ocasión en que realmente se hacía sentir la fuerza del empresariado, Manuel J. Clouthier fue invitado especial de ADIEM en la campaña presidencial de 1988, las instalaciones del “Raquect Club” fue el lugar en donde se reunían por primera ocasión los empresarios de Morelos y un candidato a la presidencia de la república por un partido de oposición al PRI. decenas de “orejas” de gobernación tomaban apresuradamente las placas de los ahí presentes y muy convenientemente hasta la luz se fue, un fuerte apagón casi termina abruptamente con al presencia del Maquio en la bella Cuernavaca.

Por el lado de los comerciantes, la polémica llegada de Alejandro Mojica Toledo a la titularidad de la CNOP en Morelos, dio al traste una vez mas a la representatividad de la CANACO Cuernavaca y no exagero en decir que muchos de los socios de este organismo empresarial se sintieron defraudados por ello. Don Lauro, viejo lobo de mar, había echado sus redes y en ellas ya estaban además algunos de los mas destacados comerciantes de la ciudad capital (Ing. J. Mitre, A. Deguer Kado, Ing, M. Mariscal Abascal etc.) estos formaban parte del gobierno del de Xochitepec. Las cámaras empresariales se volvían en semillero de cerebros para el gobernador en turno acallando a muchas de ellas y volviéndose validadoras de los actos de gobierno.

En el sexenio de Rivapalacio las cosas no fueron mejores, Canacintra firmaba con el gobierno del estado el “Plan de verificación vehicular”, el cual le redituaría mas del cincuenta por ciento de sus ingresos anuales a esa delegación, era el entreguismo empresarial en el regazo oficial en su máxima expresión, a cambio de eso Don Antonio los tuvo en la mano todo el sexenio y sirvió también para las futuras administraciones. Canacintra cambiaba su libertad y autonomía por un plato de lentejas.

Los escándalos de aparente corrupción en la delegación de Canacintra Morelos sirvieron también para que los organismos empresariales cayeran en desgracia, el robo de la nomina de ese organismo supuestamente por manos “amigas” y el posterior incendio (se dice provocado) de sus oficinas en la Av. Emiliano Zapata vislumbraron la caída de este órgano empresarial, fueron muchos los esfuerzos que realizó Francisco Javier Barbará como presidente para sacar adelante a la delegación sin tener gran éxito.

Para el periodo del general Carrillo las cosas fueron de mal en peor, la verdad, ni los tomo en cuenta, para el solo la bendición del Salinas de Gortari era la buena, quien no recuerda aquella cena de gala en el club de Golf San Gaspar en donde los “Discotequeros” de Cuernavaca le daban la bienvenida al ya casi gobernador del estado en una ceremonia en donde el general se encontraba molesto porque ahí estaban algunos de los “financieros” de poderosos capos del narcotráfico con fuerte presencia en Cuernavaca y nadie se lo había comentado.

Era 1996 y el sexenio de Carrillo no acababa de cuajar, su secretario de promoción económica Ángel Chazado Roca mantenía una muy escasa relación con las cúpulas empresariales, su desatino al comentar públicamente que los “morelenses solo servían para cuidar quintas” le gano el titulo de “bon vivant” el cual solo servía para enamorar a las señoras guapas de Cuernavaca y pasearse en bellos automóviles importados, poco duro en el cargo.

El desprecio de Carrillo por los empresarios y sus instituciones fue claro, la tremenda persecución que tuvieron los patronos por los secuestradores es prueba plena de que desde el gobierno del estado se solapaba ó se toleraba a las bandas de secuestradores, más de doscientos treinta secuestros se llevaron a cabo entre 1996 y 1998. La histórica relación entre empresarios y el gobierno del estado estaba a punto de fenecer.

Hombres y mujeres fueron victimas de ello, Deguer, Rodríguez, Herrera, Bustillo, Leal, Cortina, Morales, Turatti, Tres palacios, León, Ortiz Mena etc. etc. fueron solo algunos de los empresarios secuestrados. Ahí están los registros, ahí esta la historia.

Manuel Diego Castillo era el presidente de la recién nombrada Coparmex-Morelos en esa administración, a el sin duda no le tomó por sorpresa el profundo malestar que existía en casi todos los asociados, era tanto el enojo entre la clase patronal que por primera vez el consejo en pleno, valientemente aprobó la decisión de participar en la “Marcha del silencio”, ni duda cabe que fue esto el catalizador para que otros organismos empresariales se unieran al gran movimiento ciudadano en contra de los secuestros, José Ma. Román Román presidente de Canaco Cuernavaca y todo su consejo directivo también se sumaron al poco tiempo y le dio un valor tremendo al movimiento

Se hacía trizas la histórica relación entre organismos empresariales y el gobierno, por primero ocasión los empresarios se cortaban el cordón umbilical del poder gubernamental, de ahí nació la posterior iniciativa de ley de desarrollo económico, así como la Ley de participación ciudadana, en donde desde luego la participación activa de varios y reconocidos empresarios fue el generador de tan importantes reformas.

Nunca mas organismos empresariales validadores del gobierno en turno, esa era la divisa, de aquí para adelante deberán de ser tomados en cuenta como órganos de consulta, jamás una sumisión mas y nunca un entreguismo a ultranza. Esa era la mentalidad, ese era el logro alcanzado a costa de la libertad de muchos hombres y mujeres que sufrieron vejaciones inimaginables.

Pero el tiempo cambió las cosas, bastaron solo unos pocos años para que todo volviera al mismo inicio, el cambio político llegó después, de nada le valió al PRI y a sus gobernantes emergentes el hacer medianamente bien su trabajo. La sociedad decidió dar el cambiazo en el año 2000 y muchos empresarios formaron parte del nuevo gobierno del PAN y nada sucedió, es mas se puede afirmar que solo sirvieron a sus intereses y para enriquecerse a manos llenas.

Pero y los organismos empresariales?, al cabo del tiempo y ya con el nuevo gobierno del cambio sucumbieron al canto de las sirenas, Coparmex perdió representatividad al perder mas del cincuenta por ciento de sus socios y volvieron a “vivir” solo con las aportaciones de las grandes corporaciones de CIVAC las cuales obedecen a una lógica muy distinta a la de los pequeños empresarios Morelenses; los presidentes que ahí llegaron fueron puestos con el beneplácito del mecánico mayor, servían pues al gobernante en turno como antaño, lo importante era la foto, el comer con el “picudo”, el tener un futuro asegurado dentro de la panza del gobierno, ahí están los nombres: Sandoval (coparmex) Barenque (canacintra), Granat (coparmex), Sánchez (canaco) etc. etc., todos identificados con el poder.

Vergüenza deberían de sentir; una vez mas la voz del empresariado está sola, una vez mas el empresario, sobre todo el pequeño y mediano, está a la deriva de los vaivenes del mercado y de la ocurrencia del gobernante. Doscientos treinta secuestros no son pocos, el valor de los patronos en 1997 fue un ejemplo a seguir, angustia sin fin sintieron estos hombres y mujeres para que ahora una vez más se caiga en el entreguismo y la validación.

¡DESPIERTEN SEÑORES EMPRESARIOS ¡

JABONAZO

Doscientos mil spots de radio y televisión sin justificar por los partidos en la campaña presidencial del 2006 dice Luis Carlos Ugalde presidente del IFE y en Morelos cuantos habrá? No se haga ilusiones aquí ni siquiera tienen una comisión de monitoreo en el IEE. Como la ve?

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