Psicosis colectiva ó ¿Acción concertada?

El apócrifo ó real narco-mensaje que se recibió por múltiples vías toda la semana pasada y que acusaba de una pretendida acción violenta entre bandas del crimen organizado el viernes 16 y sábado 17 de éste mes, a través de las redes sociales electrónicas en Cuernavaca, puso a la ciudad de la Eterna Balacera, digo Primavera, en una psicosis colectiva no vivida desde los tiempos de la revolución armada del siglo pasado que tuvo a Cuernavaca como fantasma por varios meses.

Desde el operativo de la Marina-Armada de México que puso fuera de circulación al Capo Arturo Beltrán Leyva en el mes de diciembre pasado, Cuernavaca y su zona metropolitana han sido el “ring” preferido en donde, por un lado Edgar Valdez Villareal (a) “La Barbie” y por el otro lado el nuevo Cártel de Pacifico Sur, dicen liderado desde el estado de Sinaloa por el Súper Capo de Capos, Joaquín A. Guzmán Loera (a) “El Chapo”, se han dado con todo, desde decapitados, hasta “colgados” en puntos tan concurridos y emblemáticos, como lo es el centro comercial “Las Galerías”, en la zona nororiente de Cuernavaca.

Ha éste encarnizado pleito entre bandas rivales del narcotráfico, han seguido los “levantones” o secuestros de aparentes empresarios que estarían bajo las órdenes de algunos de los dos bandos. Han sido por mucho, los negocios relacionados con la compra-venta de autos usados en la capital y su zona conurbada, los que han sufrido los estragos de ésta lucha que a veces se vislumbra interminable y que ante los ojos de muchos de los que vivimos aquí, resultaron en empresas que nacieron de la noche a la mañana, por supuestos “hombres de negocios” de dudosa procedencia.

La semana santa pasada, fue sin duda el periodo en donde estos dos cárteles se dieron con todo. No hubo ningún recato para asesinar, vejar y decapitar a cuanto enemigo se les cruzara en frente y fue en éste entorno violento, en donde de la nada se empezó a recibir el ya famoso mensaje electrónico que puso a la sociedad con los nervios de punta, tanto que, Cuernavaca se quedó vacía después de la siete de la noche del viernes 16 y sábado 17. Fue hasta el domingo 18, cuando finalmente la ciudadanía decidió romper el cerco auto impuesto y salir a las calles.

Ninguna autoridad hizo frente a éste mensaje, ninguno de los secretarios de despacho lo hizo y mucho menos el Gobernador Adame encaró a la población con la finalidad de establecer alguna estrategia que hiciera frente a ello. Por ahí el Viernes 16 por la noche, el secretario de gobierno, salió a comentar algo referente a ello, pero sin establecer alguna medida específica para palear la adversidad que ya se veía venir. Los “Malosos” habían ganado la partida frente a una autoridad ausente.

Para el Viernes 16, cerca de las diecinueve horas, un convoy del ejército mexicano que transitaba por la avenida Manuel Ávila Camacho de ésta ciudad capital y en forma por demás extraña, empezó a repartir el famoso narco-mensaje impreso en hojas tamaño carta y con la “recomendación” a varios de los comerciantes que en esa avenida tienen sus negocios, de que cerraran sus establecimientos para evitar alguna acción violenta en su contra, como la que supuestamente se podría llegar a dar. ¿Increíble, verdad?

Si ha esto le añadimos el cómodo silencio desde el gobierno del estado, las cosas se ponen de verdad feas, pareciera que el famoso mensaje pudo haber venido desde el gobierno federal con la finalidad de justificar la llegada del ejercito mexicano a Morelos.

Haga cuentas, ¿Cuántos enfrentamientos a habido entre fuerzas federales y sicarios del narco? Muy pocos, por no decir que ninguno.

En fin, las autoridades quedaron muy mal, validaron en los hechos éste mensaje. La posición del gobernador a partir de éste lunes fue de verdad muy lamentable, la entrevista que Oscar Mario Beteta le hizo ese día, fue en el mejor de los casos desafortunada.

No hubo coordinación, no hubo comunicación y no hubo estrategia, parece pues, una acción concertada desde las altas esferas del poder federal.

JABONAZO

Dice Ramírez Garrido que MMG sigue la estrategia del avestruz. ¿Y él no sigue la del cambiante camaleón? ¿Ud. que cree?

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