Empresarios nacionalistas

Quien sostenga que la actividad empresarial en México es producto de unos cuantos, está equivocado. Uno de los segmentos más importantes de cualquier economía moderna, es sin duda la actividad emprendedora. México y Morelos desde luego que no son la excepción, y para beneplácito de todos, existen muchos de estos dadores de trabajo, que conservan una fuerte dosis de sentido social en sus empresas. No todo en México son los Azcárraga, Salinas Pliego, Bailleres, Zambrano, González Barrera y más.

Después de la consumación de la revolución mexicana y la institucionalización de la vida pública en nuestro país, allá por el año 1920, empezó a emerger un nuevo género de empresarios identificados plenamente con la nueva clase política gobernante. Cuentan que Don Venustiano Carranza, regresó mucho de lo que la lucha armada en la década de 1910, le había quitado económicamente a Don Luis Terrazas Fuentes, poderoso terrateniente Chihuahuense. Afirma la historia, que Francisco Villa depredó todo aquello que Terrazas Fuentes había forjado durante décadas. Haciendas, ranchos, casas y hasta bancos, fueron puestos en manos de la revolución mexicana, vía de la violencia. Cuenta Friedrich Katz en su magnifico libro “Pancho Villa”: En marzo de 1919, Carranza, hizo importante oferta al “Clan Terrazas”. Ese mes, decretó la devolución de sus bienes a muchos de los hijos y parientes de Terrazas y la devolución de todas las propiedades no agrícolas al patriarca, pero las haciendas quedaron al principio excluidas de este arreglo, tal vez porque antes Carranza quería tener algún signo tangible de su apoyo; incluso es posible que esperara que Terrazas persuadiera a su abogado estadounidense, el senador Fall, de moderar su exigencia de una intervención militar estadounidense en México.
En mayo de 1920, después de sostener Carranza una larga entrevista con Carlos Cuilty (familiar directo de Terrazas) se decretó la devolución incondicional de todas las propiedades. La revolución mexicana de 1910, había dado un giro de ciento ochenta grados en su relación con la oligarquía.

Algunos de los “Bonos Terrazas” fueron ejercidos en Morelos. Para la década de los veintes, el 25 de Septiembre de 1928 para ser exactos, “El Ingenio de Oacalco” en Yautepec, se vende a varios tenedores de “Bonos Terrazas”, representados por Jorge Muñoz y Enrique Creel, por sí y como apoderado de sus hijos Adela Creel de Cortázar, Emilia Creel de Terrazas y Luis R. Creel, Enrique Creel Terrazas y Eduardo J. Creel. La supremacía estaba en Morelos.

Para los años siguientes se empezaron a conocer nombres de empresarios ligados al presidente en turno: Calles tuvo a Federico de la Chica-vecino de Cuernavaca también-pero el más descarado apoyo al empresariado “revolucionario” lo dio sin duda Miguel Alemán Valdés. El veracruzano, llamado “El Cachorro de la Revolución”, hizo millonarios a los Pasquel, a los Pagliai, los Trouyet y desde luego a un exitoso empresario español de la radio llamado: Emilio Azcárraga Vidaurreta, del cual su nieto es el dueño de Televisa.

La teoría del péndulo daba frutos. Un sexenio conservador, de apoyo a los empresarios y cachondeo a los gringos, por otro de políticas liberales, de apoyo a los campesinos y arrumacos a Fidel Castro. El traste se vino cuando Carlos Salinas desincorporó a todas las empresas del estado, salvo CFE y PEMEX. Salinas entregó Telmex a Slim, Canal 13 a Salinas, Aeroméxico a los Prevoisin, los bancos, a gente como Cabal Peniche, Roberto Hernández y Jorge Lankenau e inició con ello una nueva y rapaz oligarquía, que tiene al país al borde de la inamovilidad económica. No existe rubro importante de la economía nacional, en donde no se encuentren estas sanguijuelas del peculio.


Para satisfacción y esperanza de todos, también existen empresarios nacionalistas. Son todos aquellos que le están exigiendo al gobierno en sus tres niveles que actué a la brevedad. Urge la reforma de los medios de comunicación, la laboral, la fiscal y de la banca.

Este pasado 28 de Febrero asistí a una reunión nacional en “El University Club” en la Ciudad de México. Empresarios nacionalistas, todos aplaudieron las reformas propuestas por Andrés Manuel López Obrador. Así como lo lee, un recinto lleno hasta el tope de empresarios, estuvo reconciliándose con quien aparentemente era su adversario.

Ayer asistí a la toma de compromiso de la Presidenta de Coparmex Morelos, Honorina Estrada. Escuché allí mismo al Presidente Nacional de Coparmex, Gerardo Gutiérrez, decir casi el mismo discurso de AMLO un día antes. Ni hablar, está llegando un nuevo tiempo para los empresarios nacionalistas. Aquellos que no somos ni dueños de Televisa, ni de Banorte. Que somos solamente: Empresarios mexicanos con un fin social.

JABONAZO

Ahora los panistas se dan cuenta que la ASF no sirvió. Qué vergonzoso para ellos que mantuvieron a Gerardo Casamata, como el encubridor número uno de sus tropelías.





1 comentario:

Anónimo dijo...

que buen texto gerardo felicitote