El ingenuo Andrés Manuel


Como si fuera una maldición gitana, López Obrador está viviendo la misma serie de eventos que lo tuvieron en el 2006 en el ojo del huracán nacional. La diferencia en el 2012, es que la ventaja de su oponente ganador llegó a más de tres millones de votos y esto hace que en los hechos, el resultado de la elección del pasado 1º. de  julio, sea irreversible a favor del priista Enrique Peña Nieto.

La decisión del TEPJF no tardará en darse a conocer-finales de esta semana o la que sigue- y los mismos tunantes que hace seis años se la hicieron al de Macuspana, Tabasco, están listos una vez más para dejarlo en la estacada política.  La pasada reunión de la izquierda-afortunadamente no toda-en el Puerto de Acapulco, fue de un reconocimiento condicionado a favor de AMLO que en poco o nada le beneficia y que deja claro ante la opinión pública, que la izquierda colaboracionista una vez más pinta su raya y espera vehementemente la oportunidad de venderle sus “buenos oficios” al titular del poder ejecutivo entrante.

De viva voz el todavía Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard-el cual le debe ése puesto a AMLO-hizo una pobre y teatral defensa de López Obrador y de la cual él mismo sabe que no tendrá repercusión jurídica alguna. Esto solo sirvió para dejar claro que “Los Chuchos” están en franca alianza con el grupo de Manuel Camacho Solís, al cual pertenece Ebrard Casaubón y que ahora se levanta como el gran ganador al tener el control casi absoluto del PRD.

Aquí en Morelos está más que claro que el gobernador electo se puso de tapete de Enrique Peña Nieto, pareciera que desde antes de la votación del primero de julio ya existiera un acuerdo entre algunos connotados “Chuchistas” y gente del equipo del candidato del PRI a la Presidencia de la República, de ahí que casi en forma inmediata y sin contar con la resolución del Tribunal Federal Electoral a favor de Peña Nieto, el candidato de las izquierdas al gobierno de Morelos le alzara la mano, demostrando con ello su falta de tacto político y la posibilidad nada lejana de un pacto previo a la elección como es ya su costumbre.

El ingenuo López Obrador una vez más cayó en el garlito que le tendieron. En Morelos nadie, absolutamente nadie de quienes se la rifaron con él cuando menos los últimos cinco años, obtuvo siquiera una regiduría en algún municipio importante de la Entidad. Los cuatro distritos electorales de Cuernavaca fueron ganados por personas muy alejadas del Movimiento de Regeneración Nacional y por ende del propio Andrés Manuel. Ni que decir las senadurías, estas fueron ganadas por un simulador, disque cercano a Obrador y por un diputado local que siempre manifestó su rechazo al proyecto del tabasqueño, me refiero a Fidel Demedicis.

De las cinco diputaciones federales, el distrito uno fue ganado por Paco Coronato, personaje querido y respetado por le gente de Cuernavaca, pero con poco o nulo acercamiento con Obrador. Así podemos observar que en los otros cuatro distritos restantes, la corriente López Obradorista no tiene representación alguna y quedaron en manos de personas allegadas a las corrientes antagónicas a él. Ni que decir de las principales Presidencias Municipales ganadas por las izquierdas la pasada elección, ahí también se sirvieron con la cuchara grande y MORENA no tuvo cabida alguna en la designación de los candidatos.

Lo paradójico de esto, es que quieran o no, el proyecto de López Obrador los llevó de la mano al triunfo en Morelos, vaya, hubo candidatos a diputados locales que hicieron campaña desde sus casas y aún así ganaron. No tuvieron recursos-casi todo se lo llevó el candidato a Gobernador-no contaron con espectaculares, pintas, camisetas o gorras y sin embargo ganaron, bueno, la candidata a diputada por el cuarto distrito, Teresa Domínguez, se “subió” a la elección constitucional por un resolutivo del TEPJF menos de quince días anteriores a la elección y ganó. ¿Cómo explicar eso? Pues por el fenómeno AMLO. Si Ud. amable lector checa los números del 2006 y los compara con el 2012, solo cambia el nombre del perdedor en Morelos. Felipe Calderón antes y ahora Enrique Peña Nieto.

La suerte está echada para Andrés Manuel. A menos de que un milagro suceda, la elección será calificada como valida y el primero de diciembre tendremos a un nuevo Presidente de la República en funciones y se llama Enrique Peña Nieto. De ahí para adelante las fuerzas de izquierda modernas se inclinarán a favor del nuevo ejecutivo y buscarán por todas las formas en quedar bien con él. Aquí veremos como el gobernador electo del PRD, será el más priista de los gobernadores de oposición y no dudará en echar fuera a cualquier colaborador que no piense igual que él. Al tiempo.

El ingenuo Andrés Manuel, creyó una vez más que ganaría la Presidencia de la República con el apoyo de quienes le han jugado las contras consuetudinariamente y ahí están los resultados.

AMLO tiene que pensar en formar un nuevo y genuino partido de izquierda. Recapacitar en lanzar a nuevos personajes para la elección del 2018. En Morelos, desgraciadamente pesarán más las chambas que les brinden desde el gobierno estatal, que en ser la conciencia de los cambios que nuestro Estado requiere.

JABONAZO

Ya se empiezan a pelear dentro del equipo del gobernador electo por las secretarías de despacho. Insisto, hay nombres que darán un duro dolor de cabeza al próximo titular del ejecutivo. Seré el primero en hacerlo notar. 

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