Esquizofrenia

Corrían los años ochentas del siglo pasado y el Partido Revolucionario Institucional empezaba a vivir una de sus páginas más turbulentas. En 1987, Ifigenia Martínez, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo conformaban la “Corriente Crítica” que impulsaba la democratización de la elección interna de ése instituto político en mira de la siguiente elección presidencial del año sucesivo. El 14 de octubre de ese año, el Ing. Cárdenas lograba la nominación del Partido Autentico de la Revolución Mexicana-PARM-poco después la adhesión del PFCRN, del PSD, del PPS, del Partido Liberal y del Partido verde. La ruptura con el hasta ese momento hegemónico partido gobernante estaba hecha.



Para la elección presidencial del año 1988, el PRI postuló a Carlos Salinas de Gortari y la historia casi todos la saben, Manuel Bartlett Díaz-secretario de gobernación en esa época-“Calló” al sistema y así una vez más, la izquierda de éste país se quedó con un “palmo de nariz” al robársele la elección presidencial de ese año. De nada sirvieron las manifestaciones públicas que Manuel Clouthier, Rosario Ibarra de Piedra y el mismo Cárdenas hicieron en su momento. La suerte estaba echada y el PRI le había arrebatado el poder ejecutivo al hijo del General Lázaro Cárdenas.



El Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional-PFCRN-le jugó las contras al “Frente Democrático Nacional” y así, Rafael Aguilar Talamantes, mentor de los ahora denominados “Los Chuchos” vendería sus buenos oficios a Carlos Salinas de Gortari y todos los diputados y senadores que se habían logrado a través de esa coalición de las izquierdas se pasaron sin ningún recato, a las huestes del PRI, mediando para ello, dicen los que saben, fuertes cantidades de efectivo. Esa sería sin duda la primera manifestación esquizofrénica a la que esta semana se referiría Jesús Ortega Martínez.



De ahí para adelante la suerte de la izquierda quedó echada. Heberto Castillo-baluarte de la izquierda nacional-le cedió la franquicia del aquel viejo partido político mexicano socialista, el PMS, y nacería el Partido de la Revolución Democrática, en donde estarían representadas todas y cada una de las manifestaciones de la izquierda nacional. Desde la más recalcitrante y fundamentalista, hasta aquellas expresiones que hacían de su política diaria, el entreguismo al poder nacional en manos del PRI o de algún otro partido en alguna otra Entidad Federativa.



La esquizofrenia fue el sello de la casa en el PRD, algunos con personalidad de mártires y otros con máscaras para cubrir sus rostros maquillados por los millones de pesos provenientes del poder. Aquellos perredistas que otrora habían entregado su vida-más trescientos muertos solo en sexenio de Carlos Salinas-ya no valían nada.



Atrás quedaron los Hebertos, los Cárdenas, los Ibarra y los López Obrador. Ahora llegaban-con la invitación de AMLO- aquellos que tras el disfraz de un partido con tendencia “Social Demócrata” le apostaban a una izquierda light, como la de las potencias europeas en manos del “PSOE” en España-la cual sumió a ése país en la tragedia económica que viven actualmente- o el Partido Laborista en el Reino Unido, el cual “huele” más a un partido conservador light, qué a uno que ve y defiende a la clase obrera.



“Esquizofrenia” le llama Jesús Ortega a lo que se vivía en el PRD cuando estas dos corrientes de pensamiento cohabitaban en él. Más bien pienso que eran tres las corrientes, la primera la que enarbolaba AMLO, la segunda en manos de “Los Chuchos” y la tercera, hasta hace poco la mas débil, la que lidera Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard, los cuales tienen ahora en Miguel Ángel Mancera al poderoso Jefe de la Ciudad de México, con recursos económicos ilimitados para tomar por asalto lo quede del PRD a la salida de López Obrador.



A partir de la salida de López Obrador del PRD no habrá más esquizofrenia en él, de aquí para adelante el pensamiento será el de un partido “moderno” sometido al poder, al cual a partir del año 2017 le habrán de exigir “su tajada de león” al querer ser los próximos gobernantes de la República en el 2018. Para ello ya cuentan con el gobierno del Estado de Morelos y desde aquí-si no ponemos especial atención a los gastos y a la asignación de la obra pública-podrían salir una andanada de millones de pesos para ése motivo



Esquizofrenia afirma Ortega Martínez, pues bendita ella que hacía que todavía en éste país existieran pesos y contrapesos en el quehacer político y en la cosa pública.



Celebro que AMLO finalmente haya tomado la decisión de escindirse del PRD. Será la izquierda de Obrador la que en un futuro no muy lejano se coma a la “Social Democracia” que ahora “Los Chuchistas” y “Los Ebraderistas” nos tratan de vender como la panacea para México.



JABONAZO

Mal haría AMLO en dejar de representantes de MORENA en Morelos, a quienes fueron comparsa de la esquizofrenia “Chuchista”. Sería cambiar para que todo siga igual.











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