Casi con estupor
escuché las acusaciones que profirió la secretaria Vázquez Luna en contra de
algunos-espero que no todos-diputados
del congreso local tildándolos de protectores de delincuentes. La acusación no
es menor, ya que los delitos por los cuales la encargada de la seguridad en
Morelos los señala, son ni más ni menos que: Portación ilegal de armas de fuego
y drogas, así como tentativa de abigeato, ¿Quieren más?
También le tundió a
funcionarios de gobierno de la “Nueva
Visión” de los cuales dijo que en varias ocasiones los habían agarrado con
las manos en las piernas de algunas muchachonas de la vida fácil, a lo cual se
refirió como “consumiendo muchachas”
(sic) y embriagándose en la vía pública, cosa que, desde la visión de la sui
generis funcionaria estaba por demás fuera de la ley.
El asunto reventó la
semana pasada, cuando los más prestigiosos periódicos de la Entidad-entre ellos ésta casa editorial- daban
cuenta del aparente exceso de la señora Vázquez Luna. De inmediato los
representantes populares montaron en cólera-no
sin sobrada razón-al exigir que la funcionaria diera los nombres de esos
diputados abusivos y le demandaran que cumpliera con su deber de denunciarlos
ante la autoridad procuradora de justicia. El vaudeville mediático no se hizo
esperar y las redes sociales se vieron copadas de adjetivos en favor y en
contra de la ahora denominada “Mujer de
Hierro”, la cual hizo mutis toda la semana pasada esperando la línea que le dictaran desde la
secretaría de gobierno o el propio gobernador.
La afirmación de
Messeguer Guillen respecto de que la señora secretaria era buena para detener
delincuentes, pero muy mala para declarar, hizo que las cosas tomaran un color
más leve en el horizonte, sin embargo hubo representantes populares que vieron
la enorme oportunidad de poner en jaque al gobierno de la “Nueva Visión” y de inmediato sacaron un punto de acuerdo en el que
se le citaba a Vázquez Luna a dar cuenta al Congreso local respecto de su muy
desafortunado dicho. Al no dar nombres de los diputados aparentemente
involucrados y de los funcionarios borrachines visitadores asiduos de
prostíbulos en Jiutepec la citación era más qué obligada.
La convocatoria se
acordó, hubo algún diputado qué se opuso a que Doña Alicia estuviera en el
pleno del Congreso local y sugirió, sin conseguirlo, que fuera solo en
comisiones en donde se le cuestionara de su actuar, tratando con ello de no
exhibirla ante los medios y el escarnio público. El inconveniente es que si la
secretaria hubiera dado nombres de los involucrados, entonces serían solo ellos
los que la habrían increpado, al no hacerlo, entonces serán todas las fracciones
parlamentarias las que habrán de buscar a pie juntillas que profiera esos
nombres tan esperados para todos.
De no dar nombres-o no asistir al recinto legislativo-,
entonces estaría cayendo en una enorme mentira, que la pondría con un pie fuera
del gabinete estatal, aunque el
gobernador trate minimizar el asunto, acuérdense que sería el mismo secretario
de gobierno el que estaría de plácemes con la salida de Alicia; es por demás
sabido que Messeguer Guillen no comulga con las formas en la que el área de
seguridad pública ha venido manejándose desde el inicio y de la llegada de la
controvertida funcionaria Vázquez Luna.
Ramírez Garrido salió
el lunes a defender a su secretaria de seguridad, los elementos que usó fueron,
muy a su estilo, poco convincentes y trató de echarle la culpa al diputado
Agüero de su falta de secrecía. Si para cuando esta columna sea publicada los
nombres ya están a luz pública, entonces Alicia deberá de probar en los hechos
que esas llamadas telefónicas fueron reales y no el producto de una mente
torcida y habida de reflectores dada los pírricos resultados en el segmento de la
seguridad pública en Morelos y que son advertidos por toda la población.
No conozco a Doña
Alicia, pero no me gusta nada lo que ha hecho en su sector, creo firmemente que
el haberla designado como titular de la prevención del delito en Morelos es un
error garrafal, como algunos otros de los nombramientos que el gobernador ha
hecho desde el inicio de su sexenio. Ahí sigue el titular de la secretaría de
desarrollo económico el cual sirve para lo que se le unta al queso y se dedica
a promover “churritos y pepitas
morelenses” en la cadena Oxxo.
El affaire de Vázquez
Luna va a terminar en una disculpa pública y si no al tiempo. El espaldarazo
que le dio el ejecutivo le da ánimos para seguir profiriendo tonterías por
varios meses más. ¡Pobre Morelos!
JABONAZO
¿Alguien le habrá
recordado al gobernador que Chilpancingo está a menos de ciento cincuenta
kilómetros de Cuernavaca? ¿Valdrá la pena echarse de enemigos a los de la
CETEG? Esto de la megalomanía le está haciendo crisis a alguien.
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