Marcelo el huérfano

Germinado bajo la tutela de Manuel Camacho Solís en el viejo PRI, léase pues, de Carlos Salinas de Gortarí, Marcelo Ebrard ha sido un buen chico que aplica bien las lecciones aprendidas y que en cualquier momento de su  exitosa vida pública le ha debido algo a alguien.

Si fue en el Departamento del Distrito Federal, cuando el PRI gobernaba todo, a su mentor de cabecera, y si como candidato al gobierno del D.F. por el PCD  a AMLO y ni que decir en el gobierno del Peje que lo cubrió con su manto protector en aquel escandaloso asunto de Tlahuac del 23 de noviembre del 2004, en donde una turba enardecida tomó la justicia por propia mano y en donde el Presidente Fox acusó a Ebrard Casaubon de actuar tibiamente, lo que le alcanzó al ser acusado por los delitos de: Ejercicio Indebido de Servicio Público, Homicidio, Lesiones, Daño en Propiedad Ajena y robo.

Finalmente Fox lo separaría del cargo de la SSP-DF, para que poco tiempo después Andrés Manuel López Obrador lo hiciera Secretario de Desarrollo Social, lugar de donde brincó a ser candidato del PRD y posterior Jefe de Gobierno de la ciudad más grande del Mundo: El Distrito Federal.

Marcelo Ebrard conquista al Distrito Federal en el 2006, no por su fuerza política-electoral, sino por la qué el candidato del PRD, PT y Convergencia a la Primera Magistratura del País puso bajo su mando y que finalmente lo llevó al tan ansiado triunfo. De ahí pa´delante, Ebrard se dio a la tarea de seguir los pasos de AMLO en el DF e hizo un buen papel como Jefe de Gobierno. Marcelo concretó muchas de las obras que Obrador había dejado inconclusas y le fue fiel hasta que un día decidió por consejo de su pater-politicus-Manuel Camacho Solís-buscar la misma posición de su anterior mentor y lanzarse de lleno a la competición por la candidatura del PRD a la Presidencia de la República en el 2012.

Hay quien afirma que está posición la buscó jugando el juego perverso de la simulación, ya que la intención no era otra que buscar el apoyo de AMLO para la siguiente elección Presidencial, esto es la del año 2018, en donde López Obrador no podría ya oponerse a su anhelo de años y seguramente apoyaría sin cortapisas el proyecto unificador de Marcelo Ebrard. Craso error, AMLO se fue del PRD y está por fundar un verdadero y poderoso partido de izquierda que pondrá a Don Marcelo una vez más en la esquina de la cola por la Presidencia de la República.

En esa lógica de buscar Los Pinos en el 2018 es que Ebrard Casaubon designa a Miguel Ángel Mancera como el candidato ganador de las elecciones del 2012 a la gubernatura del DF. Mancera, un joven e inexperto político, es escogido más por la aprobación de AMLO qué por su meteórica carrera judicial. Dicen que Mancera iba dos veces por semana a las oficinas de Obrador solo a saludarlo y a pedirle consejo sobre el área de procuración de justicia. Finalmente el saludo le dio los resultados deseados y Ebrard pudo impulsar a su delfín ante un colmilludo López Obrador que se la tragó completa.

En su frenesí de buscar la candidatura a la Presidencia de la República, Ebrard llega al descaro de pactar con el grupo antagónico de AMLO en el PRD: Los Chuchos, y así cree que puede doblegar al de Macuspana, Tabasco. En conclusión, el acuerdo con AMLO para el 2012 se da y Ebrard pone a su pupilo Mancera, él se queda como el perro de las dos tortas: Sin la añorada candidatura y con un Jefe de Gobierno que ahora coquetea terriblemente con el Presidente Enrique Peña Nieto y que ya puso su raya respecto de él y Andrés. Invocando su formación republicana de izquierda, Mancera dio la espalda a los dos, recibiendo apoyos importantes para la Ciudad de México por parte del Primer Magistrado de la Nación.

Marcelo sabe bien que AMLO no lo dejará pasar para el 2018 y menos si para esos tiempos-todo parece indicar que así será-el de Tabasco cuenta ya con MORENA como partido político listo para competir en las elecciones presidenciales con la ayuda del PT y el Movimiento Ciudadano.

Ebrard está huérfano, las dos tetas a las que pudo haberse prendido están secas para él. Mancera cree que puede ser “El bueno” para el 2018 en el PRD y ya se alió hasta con el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, el cual no lo ve del todo mal, por el otro lado Andrés Manuel López Obrador lo ve más como el secretario de gobernación de su futuro gobierno o como el líder del Senado de MORENA en la legislatura 2018-2024 que como candidato presdencial.

Pobre Ebrard, ahora hasta busca debatir con Enrique Peña Nieto por el trillado y manoseado asunto de la renta petrolera que es tutoría de López Obrador sin duda alguna.

JABONAZO

Éste domingo 30 de junio a las 10:00 am. estaremos una vez más marchando a la Plaza de Armas y exigiéndole a los tres órdenes de gobierno que nos brinden SEGURIDAD. ¡Ahí los esperamos!



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