83 días, un secuestro, una muerte

Hace menos de dos meses el gobernador Ramírez hacía una de sus tantas declaraciones insensatas. Afirmaba que su gobierno no defendía a delincuentes, ni se colude con ellos, y aseguraba que los secuestros de éste sexenio son de bajo impacto y  los rescates no llegan a más de cien mil pesos. Con ello daba cuenta de que efectivamente si existen los plagios y aún más, confirmaba que los delincuentes ahora son de tan poca monta que solo plagian por cien mil pesos y ni así la PGJ o la SSP pueden dar con ellos.

En esa lógica de secuestros y declaraciones, el 27 de junio pasado era raptado Javier Guerrero Zarur, joven empresario de la rama inmobiliaria en Cuernavaca, vocal del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública-Auspiciado desde las altas esferas del poder ejecutivo del Estado de Morelos-, hijo, esposo y padre ejemplar. Javier además era hijo de Doña Karime Zarur Menes, esposa y viuda del mejor gobernador que haya tenido Morelos, Don Lauro Ortega Martínez. Bella, educada y gentil señora, Doña Karime siempre tiene un gesto amable y sensible con toda la gente, de ahí que resulte triplemente agraviante el secuestro y posterior homicidio de su hijo.

Cuando el gobernador de Morelos hacía la declaración que menciono anteriormente el secuestro de Javier Guerrero ya había sucedido y éste era un secuestro de alto impacto dada las relaciones de sangre, amistosas y comerciales que envolvían la vida de Guerrero Zarur. El plagio perpetrado afuera del restaurante Tok´s de la avenida Alta Tensión dicen unos o fuera de su casa habitación afirman otros, fue perpetrado por profesionales que nada tienen de improvisados. El comando que lo tuvo secuestrado por 83 días era monitoreado por los agentes especiales de la SEIDO y de la PGR y ni así dieron con ellos, echando en tierra lo afirmado por el titular del poder ejecutivo estatal.

Finalmente, después de la angustia que una familia tiene que pasar en un evento como el secuestro, Javier fue hallado  sin vida. Emblemáticamente su cuerpo fue arrojado en una de las brechas del poblado de Xochitepec, lugar al que Don Lauro dedicó parte importante de su empeño y amor. Un secuestro y una muerte más, en una tierra que está harta de impunidad y de la ineficiencia de su gobierno. Una muerte injustificable desde el punto de vista que se le vea, no obstante el boletín de prensa insensible y duro con que la PGJ-Morelos trató de evadir su responsabilidad.

Hay dolor en Cuernavaca, el artero asesinato de Javier caló hondo en la sociedad. En el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública hay desanimo y malestar por lo sucedido, no se logra entender cómo pudo haber pasado esto en la figura de un consejero propietario y se cavila en la posibilidad de salir de ese espacio a la brevedad.

Urge un cambio de timón en el gobierno estatal, es imperativo que salgan de sus desempeños la secretaria de seguridad pública, Alicia Vázquez Luna y el Procurador de Justicia del Estado de Morelos, Rodrigo Dorantes Salgado. El último evento delictivo perpetrado en contra de la esposa del Rector de la UAEM y la posterior rueda de prensa del máximo dirigente de la máxima casa de estudios de Morelos y en donde asegura que la desaparición de los cinco jóvenes universitarios no se debió a ningún viaje de copas a Acapulco, sino a un secuestro y posterior liberación previo pago de rescate, deja a la autoridad como palo de gallina, con una desconfianza galopante en su decir y actuar.

Jenaro Celis López, amigo y compañero de Javier escribió este poema para el amigo que se fue:

A un gran amigo…

Habremos un día
de despertar la Esperanza,
a la luz del día para no ver tú ausencia definitiva.
Habremos de vivir
con tú sonrisa acallada
y tú voz ausentada hasta que
la oscuridad y sus enigmas,
desnuda de razón, detrás del telón,
 vista a la luz
 los secretos enamorados
 que traman los humanos.


JABONAZO

Descanse en paz el amigo. Que su sacrificio no sea en vano y que éste gobierno insensato y banal tome el cauce que el pueblo ansía con urgencia.



1 comentario:

story teller dijo...

Este país bañando en sangre es una lástima ver que sucedan estas cosas. Y lo más triste es que no es culpa de las autoridades, sino de la sociedad.

Lo único que le culpo a las autoridades es su falta de huevos para invertir en educación como Dios manda. Es un daño a la nación el postergar eso. Fuera de eso como sociedad somos un desastre. una manada de buitres violentos.